jueves, 28 de abril de 2011

Viaje a Brasil.

Buenas tardes !

En el día de hoy, seré yo Judit, la encargada de contaros el viaje que realicé el verano pasado a Natal (Brasil). 
Este viaje lo hice junto a mi familia como regalo hacia mi padre, que cumplía 50 años y como mi propio regalo ya que cumplí los 18.
                                           Foto: Situación de Natal en Brasil.
                                                                                      Fuente: Google Maps.

La aventura hacia el otro lado del charco empezó con una escala en Portugal. Debido al cambio de aerolínea que teníamos que hacer, estuvimos unas cuatro horas en la capital portuguesa. Y fue allí donde empezamos a tener las primeras sorpresas.
Mientras visitábamos Lisboa nos encontramos "casualmente" con mis tíos, que estaban pasando unos días allí. Después de la sorpresa, que nos llevamos mi hermana y yo, fuimos los seis a comer a un restaurante situado en la Plaza Figueira. Luego de la comilona, con fuerzas suficientes para emprender nuestro viaje nos despedimos de mi familia y partimos hacia el aeropuerto, donde con nervios cogí mi primer avión transatlántico (volamos con TAP Portugal).
Al entrar al avión me quedé alucinada. ¡Era enorme! Una vez situada en mi asiento, junto a mi hermana, empezamos a inspeccionar la pantalla que teníamos delante: con juegos, películas, documentales, música... todo prometía que sería un viaje muy especial. Después de que nos sirvieran la cena, vino la hora de dormir (o al menos de cerrar los ojos, porque el avión, cómodo, cómodo no era). Pasadas unas siete horas por fin llegamos a Natal.

La primera sensación que tuve al llegar fue de agobio, ya que hacía un calor sofocante aunque eran las once de la noche. En el aeropuerto no esperaba Yumar, un guía turístico amigo de unos familiares que nos dejaron su apartamento durante nuestra estancia en Brasil.
Con Yumar al mando del coche de alquiler, nos dirigimos al dicho apartamento. La verdad es que me impresionó la oscuridad de las carreteras y lo poco transitadas que estaban. No hacía más que pensar "si nos pasa algo, aquí nadie se entera". Pasada una larga media hora, llegamos al condominio (nombre que se le da en Brasil, a un recinto privado de apartamentos). En el recinto me sorprendió la seguridad que había, pero a la vez me tranquilizó, porque reconozco que no fui muy confiada de que fuese un viaje tranquilo.
                                          
                                          Foto: Condominio
                                                                              Fuente: elaboración propia

El primer día en tierras brasileñas fue genial, visitamos la ciudad en la que nos encontrábamos, Natal, y pudimos disfrutar en una carpa de la playa del partido Brasil - Chile del Mundial de Fútbol. Es conocida la afición de los brasileños al fútbol, y por ello poder disfrutar a su lado un partido de su selección fue para mí una gran experiencia. Pero en nuestro primer día no fueron todo cosas buenas ya que el tiempo no nos acompañó y tuvimos ratos de sol y ratos de lluvia.


                                          Foto: Vista de Natal
                                                                              Fuente: elaboración propia


Al segundo día nos despertamos con el cielo tapado y así siguió todo el día. Pero eso no fue impedimento para poder seguir nuestro plan de visitas. Acompañados por Yumar, visitamos los sitios más turísticos de la ciudad y fuimos a las dunas de Natal, donde disfrutamos de un emocionante paseo en buggy. Después de una mañana muy movida y aún con un poco de jet lag preferimos pasar la tarde en el apartamento.


En nuestro tercer día fuimos a hacer snorkel a una playa paradisíaca, pero el viento que hizo aquel día deslució un poco la mañana. Después de observar peces y corales, fuimos a visitar un árbol muy conocido en la zona llamado "Árbol del Amor" se dice que quién se sube en él con su pareja, su amor perdura para siempre. ¡Las raíces del árbol eran espectaculares! Además para darle aún más magia al sitio, las raíces estaban llenas de cuerdas y lazos de los cientos de parejas que habían sellado su amor allí.
A la hora de comer, nos dirigimos a un restaurante costero donde pudimos deleitarnos con platos típicos de allí como el arroz con judías y pollo (conocida como feijoãda) y del rico marisco de la zona ¡y todo a muy buen precio!


                                          Foto: Árbol del Amor
                                                                              Fuente: elaboración propia


A la mañana siguiente fuimos a visitar la Baia de Buzios donde se encontraba un barco que naufragó en verano de 2009 mientras pescaba en las costas de África. Las dimensiones del barco eran impresionantes ¡daba miedo hasta hacerse fotos cerca de él por si en cualquier momento se caía! Después de esto, nos dirigimos a la Baia dos Golfinhos, donde desde un mirador pudimos ver delfines en libertad (aunque tuvimos que tener un poco de paciencia ya que no se dejaron ver fácilmente). Luego Yumar nos llevó hasta un lago de agua salada bastante grande donde pudimos darnos el chapuzón del día. Ya de vuelta al apartamento, comimos en un restaurante en el que disfrutamos del partido España - Portugal.


El quinto día nos lo tomamos de relax. Nos quedamos en Natal y aprovechando que hacía sol, disfrutamos de la playa, la piscina y de una buena langosta hecha por mi padre.

El día número seis de nuestro viaje fue un día de contrastes. Por la mañana Yumar nos llevó a Pipa, pueblo muy turístico, conocido por su faceta hippie y por sus playas aptas para hacer surf. Allí pudimos disfrutar de un baño con delfines salvajes (una experiencia que recomiendo). Pero por la tarde no llevó a conocer los pueblos no turísticos de la zona para que pudiésemos vivir de más cerca su cultura y conocer con más autenticidad su gente. Tengo que decir que fue uno de los días que más disfrute. Pude ver de bien cerca la naturalidad y hospitalidad de sus gentes, y disfrutar de parajes que la mayoría de turistas no visitan. Además de visitar la Praia Coração (recibe ese nombre por su forma de corazón). ¡Fue un día muy completo!

                                          Foto: típico pueblo del interior de Natal
                                                                              Fuente: elaboración propia

Pero lo que viví al día siguiente aún supero lo vivido. Unos amigos de Yumar, nos llevaron en un barquito de madera a través de los manglares a darnos un baño de arcilla. Al principio me dio un poco de "cosa" embadurnar-me con arcilla pero después disfrute como una loca embadurnando a mi familia y viéndonos las pintas que llevábamos todos. Fue una experiencia inolvidable. Pasados esos momentos de "pringue", fuimos a comer una vez más a un restaurante playero. Pero aquella vez fue distinto, la humildad y simpatía de aquella gente me conquistó (y bueno la belleza brasileña de los camareros puede que también...), mi familia y yo nos sentimos tan bien que decidimos pasar la tarde allí intercambiando historias y vivencias, jugando al dominó, hasta el atardecer. Por cierto, todo aquel que desee ir a Brasil, le debo decir que no puede marcharse de allí sin haber visto un atardecer desde la playa: ¡espectacular!

                                           Foto: atardecer en Natal
                                                                             Fuente: elaboración propia


A falta de tres días para volver a España visitamos más playas, más lagos y cada uno más bonito que el anterior. Debo destacar la visita que hicimos al árbol de anacardos más grande del mundo (allí llamado Cajueiro). Si vais a Natal merece la pena visitarlo porque os quedaréis fascinados con sus dimensiones.

                                          Foto: árbol de anacardos más grande del mundo
                                                                             Fuente: elaboración propia

Desde aquí recomiendo que visitéis Natal si tenéis ocasión porque es un viaje que merece mucho la pena. Eso sí, os debo hacer una advertencia, vigilad con los insectos y bichos varios, que aunque no son peligrosos sí son molestos y ¡hay muchos!

Beijos,
Judit (:





sábado, 16 de abril de 2011

Viaje a Egipto.

Buenas tardes mis queridísimos bloggeros!

Hoy cambiamos de protagonista y de destino, yo, Alba, os voy a explicar el viaje que realicé en el verano del 2010, que aunque no ha sido de los que más me hayan gustado es el que mejor recuerdo.

Éste fue un viaje en familia, junto con mi padre, mi madre y mi hermano. El viaje constaba de un crucero de 3 días por el Nilo y 4 días en la capital, El Cairo. 

Día 1. Todo empezó cuando cojimos el avión en Barcelona dirección Aswan. Después de unas 4 horitas de vuelo llegamos a Aswan sobre las 7 de la tarde. A pesar de estar acercándose la noche, recuerdo que hacía un calor muy bochornoso. Desde allí nos llevaron en autocar hasta nuestro crucero que estaba esperándonos en el famoso río Nilo. Habíamos llegado a nuestro barco, se llamaba Moondance, era nuevo y muy bonito. Lo primero que hicimos al entrar al barco fue acomodarnos en nuestras habitaciones. Mi hermano de 19 años y yo estábamos en la suite Victor Hugo y mis padres en la suite Pablo Picasso. Así, "inspeccionamos" nuestras magníficas habitaciones y bajamos al restaurante del barco a cenar. Después de la cena aprovechamos para bajar y dar una vuelta en calesa por Aswan. Pronto volvimos porque al día siguiente teníamos que madrugar, igual que todos los demás días en adelante, siempre nos levantábamos a las 5 o las 6 de la mañana. 

Día 2. El día estaba soleado y hacía muchísima calor, nos esperaba un largo día. Después de desayunar a bordo, hicimos la visita a la Gran Presa de Aswan, gran obra faraónica del Egipto moderno construida en la época de Nasser desde 1960 hasta 1971. Además, visitamos también el templo de Philae, construido a partir de la trigésima dinastía cuyo santuario principal está consagrado a Isis y su hijo Harpócrates. Este templo me gustó especiamente porque se veía muy bien conservado y rodeado por la naturaleza. En cuanto terminó esta visita volvimos al barco para zarpar hacía Kom Ombo. Mientras navegábamos por el río Nilo aprovechamos para darnos un buen chapuzón en la piscina y bajar al restaurante a comer. A la tarde llegamos a Kom Ombo y visitamos su templo, situado a la orilla del río y dedicado a 2 dioses, Sobeck (cocdrilo), dios de la medicina y Haroris, hijo de Isis y Osiris. Así terminó el día de visitas y zarpamos hacia Edfu.

Foto: Templo de Philae
 Fuente: Elaboración propia

Día 3. Llegada a Edfu. Madrugamos, como todos los días, y fuimos a visitar el tempo de Edfu en calesa. Nos divertimos mucho en la calesa porque el chico joven que la llevaba hacía competiciones con otras calesas y le decía al caballo: -Venga, Alonso, arre! (refiriéndose a Fernando Alonso). En cuanto al templo, es uno de los mejor conservados de Egipto, dedicado a Horus. Sobre las 12 de la mañana estábamos de nuevo a bordo, navegando hacia Esna. Por la tarde llegamos a Esna, dónde simplemente visitamos su correspondiente templo, y zarpamos dirección Luxor.

Foto: La puesta de sol en Egipto
 Fuente: Elaboración propia

Día 4. Éste fue uno de los mejores días, bajo mi punto de vista, porque lo que visitamos me pareció muy interesante. Estábamos en Luxor y fuimos a visitar el Valle de los Reyes y los Colosos de Memnon. El Valle de los Reyes fue el que más me impresionó. Se trata de una cadena montañosa que alberga uno de los conjuntos arqueológicos más fascinantes de Egipto y reflejo del esplendor y la riqueza del Reino Nuevo (1550-1069 a.C). Allí se encuentran las tumbas de Ramsés III, Thutmés III o Tutankamón, entre otros. Al adentrarte en las tumbas habían unas salas con representaciones tridimensionales, planos, animaciones, imágenes y textos explicativos, muchas de ellas muy bien conservadas. Además, también realizamos la visita al templo de Luxor, construido por dos faraones, Amenhotep III y Ramsés II, y el templo de Karnak, considerado el más grande del mundo, que contiene monumentos de la época faranónica y grecorromana. Después de este largo día, aún nos quedaba volar a la capital de Egipto, El Cairo. Cojimos el avión en Luxor hacia las 6 de la tarde y, al llegar a El Cairo nos trasladaron al hotel en autocar. Nos alojamos en el Hotel Sheraton, un hotel enorme y en prevista ampliación.

Foto: Colosos de Memnon
 Fuente: Elaboración propia

(Me hubiese gustado poner una fotografía del Valle de los Reyes, el problema es que allí estaba prohibido hacer fotos, incluso te pueden sancionar si los vigilantes te ven haciéndolas.)

Día 5. Visita a las famosas Pirámides pertenecientes a Keops, Kefrén y Micerinos, que datan del Imperio Antiguo (IV dinastía), conjunto monumental considerado como la más importante de las siete maravillas del mundo antiguo; y a la Esfinge, la "gran cabeza humana", atribuida al rey Kefrén, y cuerpo de león, situada en el valle como guardiana de las pirámides. Además, también visitamos Memphis, la primera capital de Egipto, y Sakkara, donde se encuentra la Pirámide Escalonada de Zoser, la más antigua de las pirámides conocidas. Me parece algo fascinante que se hayan conservado durante tantísimos años estos enormes monumentos!

Foto: Vista de las tres Pirámides
 Fuente: Elaboración propia

Día 6. Larga y pesada visita por la mañana al Museo Egípcio de El Cairo, museo único en el mundo donde no se puede dejar de visitar la colección del tesoro del famoso faraón Tatankamón. A la tarde, fue algo más entretenido, fuimos al famoso bazar de Khan el Khalili, uno de los mercados donde puedes encontrar todo tipo de productos y muy famoso por su variedad de especias. Allí compramos todos los souvenirs para abuelos, tíos, primos... ya sabéis, lo que hacemos todos cuando nos vamos de vacaciones! Al terminar las compras, hacia las siete de la tarde, regresamos al hotel, nos aseamos y fuimos a cenar por ahí, así vimos vivían la noche los habitantes de El Cairo.

Día 7. Este día fue totalmente libre, al fin! Ya tocaba algún día de tranquilidad y descanso, aprovechando las comodidades que nos brindaba el hotel. Principalmente, estuvimos en la piscina durante toda la mañana y a la tarde volvimos al mercadillo del día anterior, para terminar de hacer algunas compras.

Día 8. Desayunamos muy pronto en el hotel, nos dirigimos al aeropuerto de El Cairo y cojimos el avión de vuelta con destino Barcelona. A la noche ya estábamos en casa, la verdad es que, a pesar de las grandes maravillas de Egipto, también se agradece volver a casa y dormir en tu camita!


Alba.

lunes, 11 de abril de 2011

Viaje a París

Hola a todos!!!


Hoy voy a escribir yo, Sara, una de las componentes del grupo y voy a explicar en esta entrada el viaje más reciente que he realizado, y también uno de los que mas me ha gustado.
El destino es la ciudad de París, donde estuve en enero de este año con mi pareja, decidimos ir para celebrar su vuelta de un "viaje de trabajo", por llamarlo de algún modo. Gregorio y yo estuvimos allí durante cinco días, y aunque se hicieron cortos, nos dio tiempo a conocer los lugares más emblemáticos de la ciudad y de disfrutar de la estancia en una de las ciudades que según dicen, es de las más adecuadas para ir en pareja, en eso estoy de acuerdo! :P
Para empezar explicaré un poco lo que hicimos, que lugares visitamos y luego haré una valoración sobre los aspectos positivos y negativos que considero importantes a destacar de esta ciudad.
Partimos de Barcelona el 7 de enero, en la madrugada cogimos un avión en el aeropuerto de el Prat, volamos con la compañía Vueling y no tuvimos ningún problema, además el tiempo de vuelo es muy corto y no se te hace para nada pesado. Al llegar allí ya tuvimos algún que otro percance ya que el aeropuerto de Orly está bastante lejos de la ciudad, y tienes que encontrar una estación de tren que te permite llegar a ella. Una vez en París, y con la ayuda indispensable de un plano con las líneas de metro, conseguimos llegar a la estación donde se encontraba nuestro hotel. Era un barrio céntrico, el hotel se encontraba a escasos metros del famoso Moulin Rouge. Es un barrio muy pintoresco ya que está lleno de bares, pubs, discotecas, y otros establecimientos de carácter un poco...erótico jaja, pero era entretenido pasear por allí durante la noche, además no se ve inseguro, al contrario, está muy frecuentado por turistas. Recomiendo buscar algún hotel por aquella zona ya que no alcanzan los precios que puede tener uno al lado de la Torre Eiffel, por ejemplo, pero se encuentran en una zona muy bien comunicada de la ciudad. Una vez en el hotel, no tuvimos ningún problema, con el idioma tampoco ya que los recepcionistas hablaban español perfectamente, tuvimos la habitación a punto y tal como nos lo habían descrito en la agencia, el hotel estaba genial y tenía muy buena relación calidad-precio.


El primer día nos dedicamos a ver un poco los alrededores de la zona, también estuvimos en el barrio de Montmartre, donde se encuentra le Sacre Coeur. Por la tarde fuimos caminando hasta la zona del Sena, y por la noche estuvimos en el "Quartier Latin", muy conocido por la abundancia de bares y garitos a buen precio donde puedes cenar sin que te cobren una barbaridad. 
Durante el segundo y el tercer día visitamos muchos lugares de la ciudad, la Torre Eiffel, el Louvre, la Catedral de Notre-Damme, la Madeleine, el Arco del Triunfo, El Obelisco, el Moulin Rouge, etc.
El último día fuimos al parque de Disneyland, que se encuentra bastante lejos del centro de la ciudad, y allí tuvimos un pequeño incidente... ya que no sabíamos que se tenía que pagar el tren a parte, y nos pusieron una multa!!! nos indignamos muchísimo y nos peleamos con la chica multera... pero nos la rebajó a la mitad por ser turistas... bueno, algo es algo...Aparte de eso, nuestro día en el parque fue genial, es precioso y te lo pasas muy bien aunque no vayas con niños pequeños, yo disfruté como una enana! Lo único malo es el precio de la entrada, que me parece un poco excesivo... pero en fin, en París todo es más caro que aquí.
Ese es uno de los aspectos negativos de la ciudad, por ejemplo, te quieres tomar un café en una terraza y quizás te cuesta 4 o 5 euros, una barbaridad...
El otro aspecto negativo es el clima, acostumbrados al buen tiempo que tenemos siempre aquí, estar allí casi 24 horas bajo la lluvia no resulta muy agradable, pero todo es cuestión de acostumbrarse, y a mal tiempo... buena cara!
En cuanto a los aspectos positivos hay muchos, es una ciudad que me ha gustado mucho por la belleza de sus edificios, sus calles y paseos, sus monumentos, etc. Además recomiendo visitar esta ciudad con la pareja ya que es un sitio super romántico y del que no te querrías marchar nunca! 












En conclusión, que es una ciudad muy bonita y donde los amantes del arte y la cultura pueden disfrutar mucho, solo hay que ir con ganas de caminar, con un buen paraguas y con un poco de dinerito en el bolsillo!
Espero que os entren ganas de ir, y que los que ya hayáis estado allí pongáis algún comentario comparando vuestra experiencia! Un saludo y un abrazo de vuestra compañera!


Atentamente, Sara.

martes, 5 de abril de 2011

Viaja, siente y conoce a través de nuestras experiencias...

Bienvenidos a nuestro blog "Viaja con nosotras", os queremos dar una cálida bienvenida a todos aquellos que estéis dispuestos a dejaros llevar por el mundo que nosotras hemos conocido, mediante nuestras palabras, sensaciones y vivencias.

Queremos dejar claro que todo lo explicado en este blog se basa en opiniones personales, y no queremos con ellas perjudicar a ningún destino ni servicio del que podamos haber sido partícipes. 

Semanalmente, cada una de nosotras, va a contar un viaje distinto. En las tres semanas siguientes podréis ser testigos de los viajes internacionales de los que más hemos disfrutado. 



Esperamos que disfrutéis leyendo nuestras historias y que participéis dando vuestra opinión, y además, esperamos que os animéis a realizar alguno de estos viajes.